La cachemira es un compuesto clave en la perfumería moderna, esencial para crear fragancias distintivas. A pesar de nombres como Cashmere Wood, Cashmere Musk o Blond Woods, se trata de una molécula sintética introducida en 1968 por John Hall, de IFF. Su aroma es complejo, caracterizado por matices almizclados y amaderados con ricas notas especiadas, balsámicas de vainilla, coníferas y afrutadas. Su nombre refleja la similitud de su aroma con la suavidad de la lana de cachemira. En combinación con la vainilla, realza las notas amargas, ambarinas y amaderadas, creando una atmósfera cálida y sensual. Una fragancia como Cashmeran Vanilla de Alyssa Ahsley crea una sensación de misterio en torno a la persona que la lleva.
